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"Consideramos imprescindible en estos momentos la constitución de equipos de Pastoral de la Salud en las parroquias, no para desremposabilizar al resto de los cristianos, sino precisamente para sensibilizar sobre su responsabilidad a toda la comunidad parroquial y para servir de cauce principal a su acción pastoral en el campo de la salud y de la enfermedad" (Congreso Iglesia y Salud, 1994).

El equipo de Pastoral de la Salud de nuestras parroquias tratra de ser el cauce y la expresión de la caridad pastoral de la comunidad hacia los enfermos y el instrumento concreto que impulsa, coordina y lleva a cabo la fraternidad y la solidaridad de toda la comunidad parroquial hacia los enfermos.

Tiene tres cometidos:

1. Educar para vivir la salud

Acciones:

- Educar para vivir la salud como un don y como una responsabilidad cotidiana ante a uno mismo y ante los demás.
- Mostrar que es sano creer, esperar, amar, vivir como criatura, confiar en Dios, darle gracias y alabarle, estar alegres y en paz consigo mismo, con los demás, con la naturaleza y con Dios, fuente de vida y salud plena.
- Ayudar a liberarse a las personas de hábitos perjudiciales para la salud, tales como el abuso del tabaco, el alcohol y otras drogas, la violencia, la competitividad, la conducción temeraria de vehículos, el consumismo, etc.
- Colaborar en iniciativas y programas que fomenten una vida sana, tales como: la lucha por un medio ambiente y unas condiciones de vida saludables para todos, el logro de estructuras justas y humanas, el cuidado del cuerpo y del espíritu y el cultivo de relaciones auténticas y cordiales y de costumbres convenientes en la utilización del tiempo libre.» MENSAJE DE LA COMISIÓN EPISCOPAL DE PASTORAL. DÍA DEL ENFERMO 1991.

2. Educar para vivir la enfermedad

Acciones:


- Educar para vivir y asumir el sufrimiento. «Forma parte de la experiencia humana y es vano, además de equivocado, tratar de ocultarlo o descartarlo. Se debe ayudar a cada uno a comprender, en la realidad concreta y difícil, su misterio profundo» (Evangelium Vitae 97).
- A la luz del Evangelio, renovar actitudes y purificar lenguajes ante el sufrimiento propio o ajeno para lograr que la fe sea fuerza y no lastre en medio de la enfermedad. Actualmente la resignación y la ofrenda del sufrimiento están, cuando menos, en crisis.
- Escuchar más a los enfermos, pues ellos saben lo que es sufrir, difundir su testimonio y facilitar el intercambio de experiencias de fe en la enfermedad. El que sufre tiene necesidad de modelos y ejemplos más que de palabras.» MENSAJE DE LA COMISIÓN EPISCOPAL DE PASTORAL. DÍA DEL ENFERMO 1995.


3. Educar para vivir la muerte

Acciones:

- Difundir el "Testamento vital" como un medio de evangelización para promover la buena muerte entre los cristianos. El "testamento vital" que propone la Conferencia Episcopal Española brinda una excelente ocasión para reflexionar sobre la vida, el sufrimiento, el morir y el más allá. Es una profesión de fe en la vida como don de Dios y en la muerte como acontecimiento final de la existencia terrena y como paso que abre el camino a la vida que no se acaba junto a Dios. Manifiesta cómo desea uno morir, pide ayuda para asumir humana y cristianamente la propia muerte y dice que desea prepararse para vivirlo en paz, con la compañía de los seres queridos y el consuelo de la fe cristiana.
- Dar más importancia en los programas de catequesis para todas las edades y en los de formación de los agentes de pastoral, a los aspectos del mensaje cristiano que miran al morir y a la muerte. La catequesis ha de permitir, incluso a los niños, el abordar la realidad del morir, tomar conciencia de que forma parte de la vida, cultivar las actitudes que facilitarán la aceptación y vivencia de la misma con madurez.
- Influir en las "instituciones educativas" para que, ya desde la escuela, se aborden los temas del morir como última etapa de la vida, de la muerte en cuanto fin natural de la misma, y de la asistencia debida a los moribundos y a sus familias.
- Acoger y difundir lo que nos enseñan los enfermos en la etapa final de su vida. Los enfermos nos ayudan a tomar conciencia de nuestro propio miedo a la muerte y también a superarla. PLAN DE ACCIÓN DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA SOBRE LA EUTANASIA Y ASISTENCIA BIEN MORIR.

ORACIÓN DE LA FAMILIA POR EL ENFERMO


Señor, la enfermedad ha visitado nuestra casa
y ha entristecido nuestro corazón.
El que amamos está enfermo:
Su sufrimiento también es nuestro,
nuestra es su impotencia y debilidad.
Haz, Señor,
que nuestro amor sea más .fuerte que el dolor;
que la unión afiance la esperanza,
que la cercanía alivie su soledad.
Ayúdanos a creer y crecer juntos,
para que, madurados por esta experiencia,
seamos siempre una familia
que agradece tus dones
y se fortalece compartiendo.
Amén.

ERES MI HERMANO


Enfermo,
eres mi amigo, eres mi hermano.
Te admiro por tu paciencia y por tus cansancios,
por tu decaimiento. y por tu coraje,
por el sufrimiento, por el dolor que es nuestro.
En ti veo lo que es ser hombre:
ser hombre es luchar,
es recibir y depender,
es ser débil y necesitar al otro.
Mas es también ser fuerte y dar:
Sí, me has dado mucho:
me impides permanecer tranquilo
y encerrarme en mí mismo.
Al verte recuerdo:
soy tu hermano,
con la misma fuerza,
con la misma debilidad, soy hombre corno tú.
Luchando juntos venceremos
solos, sucumbiremos.
Juntos podremos llevar la carga
solos, pereceremos.
Permanezcamos unidos:
hoy, necesitas de mí,
y mañana, yo de ti.

P. WALTER PEGORER

ORACIÓN DEL ENFERMO POR EL PROFESIONAL

Te doy gracias, Señor,
por los ojos que me miran,
por las manos que me cuidan,
me limpian y acarician.
Gracias por la voz que me compaña,
me anima... y en ocasiones me exige.
Por los oídos que escuchan mi lamento,
mis tristezas y mis gozos.
Por el corazón que acoge mi mejoría,
mis sueños y mi muerte.
Gracias por las personas de batas
y uniformes blancos o de colores,
a quienes en la enfermedad,
no les soy indiferente.
Veo, Señor, que tengan la raza o el credo
o la manera de vivir que tengan....
mi dolor les afecta profundamente.
Tu amor les habita y me llega por ellos.
Porque, aunque no lo sepan,
en el corazón de cada ser humano,
quien siembra la bondad eres Tú.

REFLEXIÓN DEL PROFESIONAL DE LA SALUD

Te miro en tu cama, y no entiendo
por qué tanto dolor, ni qué hacer con él.
No llego a entender qué me dices
realmente cuando sales con tu rabia
que me hiere...
Entonces me distancio y me protejo.
Me alegra tu mejoría, me duele tu dolor,
me enfada tu callejón sin salida
y me desgarra tu muerte...
a veces, también me alivia tu muerte...
Aquí estoy, rodeado de tanto dolor...
pero iparadoja! me construye y
me cuestiona tu bondad, tu risa,
tu alegría, tu negación o tu apertura
para acoger y vivir "lo que sea".
A veces "tu Dios" es "mi Dios",
pero a veces yo "tengo" Dios y tú no, o tú si y yo no...
Sólo sé, que he aprendido
y crecido contigo.
Y, cuando me quito la armadura,
me reconozco más fuerte y, a la vez,
¡tan vulnerable!. Más humano, más real,
capaz aún de luchar y amar.

ORACIÓN DEL ENFERMO POR EL PROFESIONAL

Veo, Señor, junto a mí,
pies que se mueven con destreza,
manos ágiles , técnicas, cuidadosas
y, en ocasiones,.... torpes.
Veo corazones palpitantes.
cabezas lúcidas y otras veces
desconcertadas, vacilantes.
Veo personas que guardan en su alma
el dolor de los otros
y, sin ser muy conscientes,
durante un tiempo les llevan adelante.
También veo que el desánimo,
el cansancio y el fastidio,
a veces afloran en sus ojos,
porque el dolor quema y agota.
Pero llega un nuevo día y ahí están,
metidos en la "Danza del Cuidado"
nuevamente...
Bendice, Señor,
a todo hombre y mujer que trabaja
en los grandes y pequeños hospitales,
en los centros de salud, sirviendo
sobre ruedas o en helicóptero...,
de noche y de día... Están ahí:
Acogen. Alivian. Ríen. lloran. Sufren. Aman...
Bendíceles


DIÓCESIS DE TENERIFE
Pastoral de la Salud

Pascua del Enfermo 2007

Estamos en Pascua. Feliz Pascua de Resurrección.

Y sólo será feliz para nosotros, si hemos resucitado con Él, si el amor que le llevó a dar la vida ha crecido en nosotros, si, teniendo la Buena Noticia en el corazón, sentimos el encargo y el deseo de comunicarla.
"Sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida en que amamos a los hermanos", nos dice San Juan (I Juan 3, 14). Y nos dice también: "Si alguno, viendo a su hermano en necesidad, le cierra el corazón, ¿cómo permanecerá el amor de Dios en él?" (I Juan 3, 17).
Hermanos: Ahí, junto a nosotros, en nuestras Parroquias, están nuestros hermanos enfermos, nuestros ancianos. Ahí están, como el ciego Bartimeo, pidiendo limosna junto al camino por donde cruzamos. Ahí están con la urgencia de recibir consuelo y esperanza en su situación tan especial y tan difícil.
Y nosotros tenemos el tesoro ¡descubierto! de nuestra fe en Cristo resucitado, de nuestra esperanza. Nosotros nos alimentamos cada día del Pan de la Vida y, en la oración, cultivamos el encuentro con el que ha vencido todo mal y la muerte. ¿Cómo vamos a pasar de largo con ese tesoro y no compartirlo con quien tanto lo necesita? Entonces, como nos dice San Juan, el amor de Dios no estaría en nosotros. Y seguiríamos en la muerte, porque aún no amamos con obras y de verdad. Pues sólo ha pasado de la muerte a la vida el que ama a su hermano.

 PASCUA DEL ENFERMO 2006.
Como todos los años, en torno al VI domingo de Pascua (21 de mayo), celebraremos la Pascua del Enfermo. Desde aquí queremos animarlos a que lo preparen con tiempo y con cariño. Es nuestro deber, es nuestro gozo poder ayudar a aquéllos por quienes Jesús se desvivió y se desvive.

“...practicar el amor hacia las viudas y los huérfanos, los presos, los enfermos, y los necesitados de todo tipo, pertenece a su esencia (de la Iglesia) tanto como el servicio de los Sacramentos y el anuncio del Evangelio. La Iglesia no puede descuidar el servicio de la caridad, como no puede omitir los Sacramentos y la Palabra”. (Dios es Amor, 22, de Benedicto XVI)

En cada arciprestazgo, en cada Parroquia, en cada comunidad verán cuándo y con quiénes se reúnen para preparar la celebración de este encuentro. Los responsables arciprestales (sacerdotes y laicos) deben ser los animadores para que todo se haga bien y a tiempo.

Nosotros le enviamos estos materiales y estas sugerencias intentando, no sustituirlos, sino facilitarles las sugerencias que se nos ocurren para que todo sirva para más provecho de los que necesitan encontrar al Señor caminando a su lado.

¿Sugerencias?

--Sería muy conveniente que el párroco y los agentes de pastoral de la salud se reúnan para organizar la celebración. Esto creará conciencia de responsabilidad y equipo.
--Nos parecía muy importante visitar a cada enfermo o impedido y hacerles personalmente la invitación a participar en la celebración. Hablar con la familia y ver las dificultades que puedan tener para buscar la solución a las mismas.
--En el templo tener reservado los sitios preferentes para los enfermos. Es su día. Darles toda la participación posible en cantos, peticiones, lecturas etc.
--Tener previsto si van a necesitar sillas de ruedas, u organizar que haya un equipo de personas que vayan a buscar a los que no tengan medio de transporte.
--Como acto central la celebración de la Eucaristía y del sacramento de la Unción de los enfermos. Esta celebración está ayudando mucho a la Iglesia a cambiar la mentalidad del Sacramento como extrema-unción y potenciarlo como unción de los enfermos y sacramento de salud. Si damos el Sacramento cuando la gente se está muriendo, seguiremos alimentando la idea de que éste es un Sacramento para moribundos. El clima pascual ayudará mucho a todo esto.
--También parece conveniente, porque vivimos de detalles, el hacer un pequeño regalo a cada uno, pues le puede hacer recordar y revivir la experiencia de ese día. Puede ser algo muy sencillo como una cruz, un rosario, una estampa, una flor...
--Si se ve posible y conveniente, se podría tener un pequeño brindis-fiesta con los enfermos.
--En ese día y en esa celebración habría que valorar mucho y felicitar a los agentes de Pastoral de
la Salud. Su servicio es muy de Cristo y de la Iglesia. Su servicio es una gran apuesta por la
Vida y la Salud que Dios quiere para todos.

TEMA SOBRE EQUIPOS PARROQUIALES DE PASTORAL DE LA SALUD.
Les ofrecernos este tema que nos indica por dónde hay que empezar para un buen planteamiento del trabajo por los enfermos. Y también nos ofrece sugerencias de có 10 echarlo a andar.

Que nuestro trabajo por la vida haga creíble la Resurrección de Jesús.
Con afecto,

Ismael Martín.
En nombre de la Delegación de Pastoral de la Salud.


PASTORAL DE LA SALUD
Diócesis de Tenerife

Al comienzo del CURSO 2007-2008 el Delegado de Pastoral de la Salud se dirige a todos con la siguientes paolabras:

Jesús, con sus palabras, anunciaba el Reinado de Dios.
Con sus obras de salud, con su acogida, con su misericordia, lo hacía presente. Por eso podía decir: "El Reino ya está en medio de ustedes" (Lucas 10, 9).
Y sus últimas palabras en este mundo fueron "Vayan... "(Mateo 28, 19). Ir a los que Él fue, decir lo que Él dijo y hacer lo que Él hizo.

Y en este "yendo", porque Él nos envió, estamos embarcados todos. Secar lágrimas, calmar dolores, ofrecer cercanía y consuelo, sembrar vida, cuidar y defender la vida, hacer presente al Padre en medio de sus hijos... para que la plenitud del Reino, como nos anuncia San Juan en el Apocalipsis (cap 21), vaya estando más cerca. En ese empeño está la Iglesia , en ese empeño debe estar la Iglesia.

Tenemos un nuevo plan de Pastoral. En él se nos dice: "... de modo que nuestra manera de vivir y anunciar el evangelio sea un testimonio del amor preferencial de Dios por los más pobres y heridos por la vida. Que este Plan Diocesano de Pastoral nos ayude en este empeño necesario, y en la tarea de edificar, desde el amor del Señor que actúa en nosotros, una Iglesia samaritana, para estos tiempos de postmodernidad.

Y en este primer año hay una prioridad especial: LA PARROQUIA. Construir una parroquia, cuerpo de Cristo, en la que se vean las obras de Cristo y se escuchen sus palabras. Una parroquia en la que las prioridades de Cristo sean nuestras prioridades.

Está claro que, a lo largo de los siglos, se han introducido en la vida parroquial elementos que no están ni estaban en el evangelio ni en la primitiva Iglesia. Y a esos elementos dedicamos mucho tiempo, energía y presupuesto. Y está claro también que elementos fundamentales del evangelio se han descuidado notablemente. El "vayan y anuncien la Buena Noticia y curen enfermos... " (Mateo 10, 7 y 8) es hoy un imperativo urgente que descubre carencias en nuestras comunidades parroquiales. Para Jesús los pobres, los enfermos ERAN SU PRIORIDAD. ¿Lo es para nosotros, para nuestras parroquias? ¿Es nuestra parroquia "cristiana" si tenemos prioridades distintas a las de Cristo?

Dios nos ayude en este año, centrado en la parroquia, a empujar el mismo carro que Jesús está empujando, a arrimar el hombro donde El lo tiene puesto, a poner el corazón donde Jesús pone el suyo.

Desde la Delegación de Pastoral de la Salud , queremos ayudar. Por eso les enviamos una serie de consideraciones y sugerencias, para que se las planteen. Y nos ofrecemos a ayudar, en lo que podamos, en cualquier cosa que necesiten de nosotros. Ocúpennos, por favor.

1. Si el cuidado de los enfermos fue la ocupación prioritaria de Jesús, y, desde ahí, anunció el Reino, una parroquia que descuide la cercanía y atención a los enfermos, va por un camino distinto al Maestro. Que no termine el curso sin que en todas las parroquias haya un equipo de Pastoral de la Salud.

2. En todas las parroquias hay gente adulta, que sabe mucho de la vida, y que quizás no están en otras cosas. A estas personas se las podría invitar a prestar este servicio a sus hermanos, formando el equipo de Pastoral de la Salud. Con algo de formación, lo podrían hacer bien. Nos ofrecemos a reunirnos con ellos.

•  ¿Por qué no dedicar un domingo al mes a hacer presente a los enfermos en la celebración de la Eucaristía. Llevar a los que puedan ir, pedir por ellos, recordando sus nombres, hacerles llegar cualquier hoja que se reparta en la parroquia, ayudarles a que sigan la Misa por radio o televisión...

•  Que reciban con frecuencia la Eucaristía los que no puedan participar en la celebración. Para ello dar los pasos necesarios para que haya ministros extraordinarios de la Eucaristía. Nuestro obispo nos anima a ello.

•  Jesús envió a los discípulos a "sanar enfermos". Y tenemos el Sacramento de sanación de la Unción de los Enfermos. No lo dejemos para el último momento, así evitaremos que siga siendo extrema-unción, despojándolo de su sentido sanador.

•  Para ello es muy importante también celebrar, el VI domingo de Pascua, comunitariamente, la Pascua del Enfermo. Prepararlo bien con los agentes de pastoral de la salud.

7. Cada arciprestazgo, cada parroquia debe plantearse cómo hacer presente a Jesús en los centros de mayores que haya en su zona. Porque son de los más necesitados, son los amados de Dios. Que sean los amados nuestros.

•  Les enviamos la plantilla de programación para hacer la misma, tanto en el arciprestazgo como en la Parroquia. Los arciprestes y el cura y laico responsables en el arciprestazgo deben conseguir que dicho plan se haga poniendo fechas... Sin plan concreto, no se hace nada.

•  Les enviamos también una pequeña celebración de envío para los agentes de pastoral de la salud. Si les parece conveniente, la usan. Así se le dará reconocimiento eclesial a la misión de cuidar a los enfermos.

Y nada más por el momento. A lo largo del curso ya nos iremos comunicando para dar los pasos necesarios para que la Pastoral de la Salud , eso tan querido por nuestro pueblo, vaya dejando su huella en la vida de nuestra gente. Se trata de conseguir que nuestras parroquias sean en verdad CUERPO DE CRISTO, que anuncia y hace lo que hemos

Dios los bendice, seguro que los bendice.

Ismael Martín
En nombre de la Delegación de Pastoral de la Salud.

FELICITACIÓN NAVIDEÑA

PASTORAL DE LA SALUD
Diócesis de Tenerife

Queridos hermanos,
que visitan al necesitado:

Nosotros los que visitamos al enfermo, al anciano, al necesitado, sabemos lo importante que es visitar, acercarse, ser compasivo... Por eso lo hacemos.
Pero también eso nos hace especialmente capaces de entender lo importante, lo salvador, lo buena noticia que es el que Dios se acerque, nos visite, sea compasivo con nosotros y con todos
.
Pues por eso, quiero felicitarles en esta navidad.

Prestamos un servicio a nuestros hermanos en la Iglesia, que nos está haciendo el inmenso favor de valorar, acoger y comprometernos con el Padre que, por amor, se acerca a todos y cada uno de sus hijos, sean como sean, hagan lo que hagan. Se acerca como amor incondicional, que quiere enamorar, no condenar. Se acerca especialmente a los últimos en la valoración humana, siendo El mismo uno de los últimos, un marginado, un don nadie.

En estos días hemos hecho un cartel en el que se ve, en una patera, los rostros de unos negros. Rostros llenos de sorpresa, rostros tristes, cansados... En sus ojos puede descubrirse la ilusión y la esperanza de que la vida, ¡por fin! pueda ser diferente, de que la vida sea más vida para ellos. Personas que lo arriesgan todo, hasta la vida, (¡qué fácil lo decimos!) para, con mucho esfuerzo, conseguir vivir como Dios los destinó a que vivieran. Muchos vienen con la ilusión de poder ayudar a los suyos, de quienes se han desgarrado y alejado.

Y escribimos en la parte alta de la imagen lo que tanto vamos a pedir, a recitar en estos días de adviento y navidad: "Ven, Señor Jesús".

También el pueblo de Israel gritó, siglo tras siglo, que viniera el salvador. También la Iglesia gritaba desde el principio y gritamos en todas las misas, después de la consagración, el "ven, Señor Jesús".

Y... qué paradoja, vino el que esperaban y llamaban y no lo recibieron. Ya nos lo dice San Juan: "vino a su casa y los suyos, no lo recibieron" (Juan 1, 11). No vino con poder y grandeza como lo esperaban, y tuvo que nacer en una cueva, entre animales.

También la Iglesia corre el riesgo de que Dios no venga como lo esperarnos y le cerremos las puertas de nuestro corazón. Eso, mientras nos seguimos acercando al belén, a la imagen de María, José y el Niño, que tanta ternura nos provoca, que digamos y recemos tantas cosas bonitas, sín tener el corazón preparado para recibir a Dios, que quizás no venga como lo esperamos, sino como quiera venir. Y, mientras estamos y disfrutamos nuestro ambiente navideño..., el Jesús vivo de verdad que llama a nuestra puerta, se quedará fuera de nuestras preocupaciones, nuestra ayuda y nuestro corazón.

Por eso pusimos, en la parte baja de la imagen la frase muy dura e incisiva: "si vinieras así, ¿te recibiríamos? Sí vinieras en patera y corno los de las pateras... ¿encontrarías acogida en nuestro corazón, en nuestra casa, en nuestra Iglesias...?

Dios rompió los esquemas, las previsiones, las ideas de los que lo esperaban de una determinada manera. Y vino como El quiso, de una manera desconcertante e inesperada. Y tuvo que irse a la cueva.

El riesgo existe para todos, para los no creyentes y para los creyentes, para los otros y para nosotros.

Por eso quiero que nos felicitemos los que, con la fe de saber que en el pobre, en el necesitado, en el enfermo está Jesús, les abrimos el corazón, les expresamos nuestra acogida y nos sentamos junto a sus penas y sus esperanzas.

Ayudemos al enfermo a que se sientan presencia de Dios en el mundo, pues en ellos lo encontramos.

Ayudemos a la Iglesia, en esta navidad, a que descubra a Jesús vivo, aunque con un rostro inesperado, en el pobre, en el enfermo, en el marginado... mucho más que en las figuritas tiernas de nuestros belenes.

Si Dios se nos acerca y nos visita así... así debemos acogerlo.

Que por ese camino venga a todos la felicidad de esta Navidad.

Pido a Dios que ¡ahora!, mientras lees, derrame su bendición sobre ti.

Ismael Martín Rodríguez,
Delegado de pastoral de la Salud

 
© Parroquias: El Dulce Nombre de Jesús. La Guancha y San José. San Juan de la Rambla. Tenerife (Canarias). 2003