Escrito del párroco para programa de 2012
PROGRAMA SAN JOSÉ 2012
Estimados feligreses
Con las Fiestas Patronales 2012 en honor a nuestro Santo Patrón y Titular dejaré la parroquia de San José por mi traslado a Santa Úrsula. El próximo año de 2013-2014 se cumplirán los cincuenta años de su erección canónica. Nuestra parroquia de San José se segregó de la parroquia de San Juan Batista de San Juan de la Rambla por decreto del obispo Don Luis Franco Cascón, de fecha 14 de Mayo de 1963, publicado en el Boletín Oficial del Obispado de Tenerife en Noviembre de 1963 con el mandato de empezar a funcionar como tal parroquia en Enero de 1964. Y así aconteció. En los libros sacramentales la inscripción del primer bautismo tiene fecha de 4 de Enero, el primer matrimonio se celebra el 9 de Enero y la primera defunción está inscrita también el 9 de Enero. Durante este tiempo han ejercido su sacerdocio los sacerdotes Don Tomás, Don Pedro, Don José Hermógenes, Don Octavio y un servidor.
Me hubiera gustado celebrar el cincuentenario con ustedes que han sido mis feligreses durante treinta y cuatro años. Pero no habría aprendido nada de San José si me resistiera a la voluntad de Dios expresada por boca del obispo. ¡Tantas veces hemos reflexionado juntos que la vida de José estuvo marcada por el signo de Abrahán con su obediencia incondicional! José siempre haciendo lo que el ángel diga, aunque sea de noche y en sueños, o en horas intempestivas. Siempre lo que Dios quiera:
“Toma contigo a María, tu esposa, y tomó consigo a su esposa” (Mt 1,20. 24).
“Le pondrás por nombre Jesús (…) Y él le puso por nombre Jesús” (Mt 1, 21. 25).
“Levántate, y él se levantó” (Mt 2, 13-14. 20-21.
“Toma contigo al niño y a su madre. Él se levantó y tomó…”.
“Huye a Egipto. Él se retiró a Egipto” (Mt 2, 13-14).
“Marcha a tierra de Israel. Él tomó consigo al niño y a su madre y entró en tierra de Israel” (Mt 2, 20-21).
Después de tantos años diré: Gracias, José, por tu ejemplo. Fuiste un gigante en la fe, estuviste cerca de Dios y en comunión con Él, amaste como nadie a Jesús y a María. Gracias por tu profunda humildad, porque te negaste a ti mismo para que se afirmaran María y Jesús, porque hiciste de tu vida un poema de amor manifestado en servicio, providencia, en veladas y desvelos, en ternura y oración.
Con San José expreso mi gratitud también a todas las personas de la parroquia que, indirecta o directamente, algunas fallecidas, han estado a mi lado en la labor pastoral y administrativa de la parroquia. Mi reconocimiento especial para la Comisión ProNuevo Templo, Consejo Parroquial y catequistas.
Y junto a la Comisión de Fiestas 2012 vaya mi alabanza a todas las comisiones de fiestas que año tras año han cogido el testigo de la responsabilidad de acercarnos a esa figura tan extraordinaria y encantadora que es San José para más conocerle y así más amarle e imitarle.
Que Dios os bendiga a todos.
Sebastián García Martín
Párroco-Arcipreste
Escrito del párroco para programa de 2011
SAN JOSÉ, COMPAÑERO DE VIAJE
Fiestas 2011
Estimados feligreses En la vida de cada uno de nosotros hay personas muy queridas, a las que nos sentimos particularmente cercanos: son nuestros padres, los familiares, los educadores, son las personas a las que hemos hecho el bien o de las que hemos recibido el bien, son las personas con las que sabemos que podemos contar. Es importante tener también “compañeros de viaje” en el camino de nuestra vida cristiana: pienso en la Virgen María y en los santos. Cada uno debería tener algún santo que le fuese familiar, para sentirle cercano con la oración y la intercesión, pero también para imitarlo.
San José se ha convertido en el buen “compañero de viaje” para los vecinos de la parte alta del municipio de San Juan de la Rambla. Es el titular de nuestra parroquia, es el que le da nombre a nuestro barrio. Su imagen está colocada en el centro de nuestra iglesia. Dos veces al año hacemos fiesta en su honor y tres veces recorre nuestras calles. Con qué satisfacción al que nos pregunta sobre nuestra procedencia respondemos: ”Soy de San José”. Esta no es una respuesta cualquiera como si solo expresara un lugar. Hay algo mucho más importante en la respuesta, creo yo. Os invito, con motivo de las Fiestas Patronales 2011, a tomarlo en consideración.
Decir “de San José ” es hablar también de una persona. Es hablar de José, el esposo de María y el padre nutricio de Jesús. Decir “de San José” es reconocer su paternidad psicológica y espiritual. Esa paternidad es la más grande que se puede pensar, José fue padre de Dios . El Hijo de Dios era conocido como el hijo de José. Al ser padre de Dios será padre de todos los que han nacido de Dios, de todos los que creen en Dios, de todos los que aman y sirven a Dios. Decir “de San José” es tener conciencia de estar al lado de aquel que fue puesto en la historia de la salvación en el lugar más alto, al lado de Jesús y de María, y por consiguiente en el lugar más cercano a nosotros.
Tener como “compañero de viaje” a San José entraña una gran responsabilidad. Leía estos días: “No se puede estar muy cerca del gran fuego y sentir frío, o cerca del mejor perfume y oler mal, o cerca de la gran fuente y morir de sed”.
Que de tan gran compañero de viaje aprendamos dos cosas importantes que marcaron su vida y que se daban la mano: la fe y la humildad. La fe lo lleva a confiar plenamente en el Señor, que se lo comunicaba por medio de ángeles y sueños. Aquí estoy, Señor. No le discute nada. No le regatea. Se entrega todo y del todo, en lo grande y en lo pequeño. La humildad . José camina por la vida sencillo y respetuoso. Nunca aparece en primer plano. Se esconde para que los demás brillen. El evangelio no recoge palabras suyas. Está más a la escucha. Se despide de la vida sin decirnos cómo. Jesús aprendió de su padre a ser humilde.
Tengamos a gala “ser de San José y vivir en San José” y participemos en los actos religiosos, que este año se amplían con un quinario preparatorio, y en los actos profanos que la Comisión 2011 con mucha dedicación y cariño ha preparado.
Sebastián García Martín
Párroco-Arcipreste
Escrito del párroco para programa de 2010
SAN JOSÉ, OBEDIENTE
Fiestas 2010
Estimados feligreses Tienes en tus manos el programa de las Fiestas 2010 de nuestro santo patrón San José . Su fiesta nos va a dar da la oportunidad de realzar un año más su figura fijándonos en las cualidades que destacaron en su vida, que sirven de modelo para todos los fieles. José es una figura grandiosa, pero pequeña. Es una figura importante, pero humilde. Es una figura necesaria, pero escondida. Cuantas veces hemos meditado en su escucha, en su silencio, en su servicialidad, en su buen hacer; es decir, en su fe y en su caridad, en su santidad.
Quisiera que este año nuestra reflexión se encaminara hacia su obediencia. Porque mediante su actitud obediente, podemos decir que José es el primero en participar de la fe de María su esposa en el misterio de la Encarnación.
El Santo Padre, Benedicto XVI, en diciembre de 2008 nos regalaba esta reflexión: “El silencio de San José es un silencio impregnado de la contemplación del misterio de Dios, en una actitud de disponibilidad total a las voluntades divinas. En otras palabras, el silencio de san José no manifiesta un vacío interior, sino por el contrario, una plenitud de fe que lleva en su corazón, y guía cada uno de sus pensamientos y cada una de sus acciones”.
José se entregó en obediencia total, no desde la resignación, sino desde la gratuidad. Como el Fiat de María: Hizo lo que le había mandado el ángel del Señor. Así una y otra vez:
“Toma contigo a María, tu esposa, y tomó consigo a su esposa” (Mt 1,20. 24).
“Le pondrás por nombre Jesús (…) Y él le puso por nombre Jesús” (Mt 1, 21. 25).
“Levántate, y él se levantó” (Mt 2, 13-14. 20-21.
“Toma contigo al niño y a su madre. Él se levantó y tomó…”.
“Huye a Egipto. Él se retiró a Egipto” (Mt 2, 13-14).
“Marcha a tierra de Israel . Él tomó consigo al niño y a su madre y entró en tierra de Israel ” (Mt 2, 20-21).
“Después, avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea” (Mt 2, 22).
Su vida estuvo marcada por el signo de Abrahán. La Historia de Dios entre los hombres comienza con la orden que recibiera el padre de la estirpe: “Sal de tu tierra” (Gen 12,1; Heb 9,8ss) y con su obediencia incondicional. José, siempre lo que el ángel diga, aunque sea de noche y en sueños, o en horas intempestivas. Siempre lo que Dios quiera.
Que el esfuerzo, la dedicación y el cariño que está poniendo la Comisión de este año, al presentarnos un variado programa de actos religiosos y profanos, nos acerque a Dios a través de San José . No caigamos en el peligro de reducir el sentido de nuestra fiesta a sólo costumbrismo o cultura popular. San José , al ser el titular de nuestra parroquia, se puede y se debe convertir en ejemplo de constancia, fidelidad y obediencia.
Demos gracias a Dios porque nos ha dado como Patrón a San José que nos enseña la prontitud y la obediencia. Demos gracias por su fiesta porque al contemplar su figura somos invitamos también nosotros a abrirnos a la voluntad de Dios, a escuchar su llamada y a marchar a su lado hacia donde Él quiera llevarnos.
Párroco
Sebastián García Martín
Escrito del párroco para programa de 2009
¿Qué sabemos de San José?
Fiestas 2009
Estimados feligreses Más de una vez me han oído que celebrar las fiestas patronales de San José en Septiembre cuando todo vuelve a la realidad cotidiana después del merecido descanso del verano es una bendición de Dios para nuestra parroquia. ¡Comenzar las tareas ordinarias con San José! Aquel que en su vida humana y espiritual es modelo para todos los estados de vida. Aquel que vivió a la luz y en presencia del misterio de la Encarnación. Aquel en el que no hubo separación entre fe y acción. Aquel que tuvo su vida ajustada a la Palabra de Dios.
Qué bien nos hace tener esto presente en nuestra vida familiar, social, de trabajo. Su ejemplo nos impulsa a entender que es abandonándose totalmente a la voluntad de Dios como nos convertimos en cumplidores eficaces del designio de Dios.
Les propongo desde este programa de actos para las fiestas 2009 los siguientes puntos de reflexión que podrían ser un buen programa de vida para el curso que comienza.
Todos los años se nos dice que la figura de San José, extraordinaria, queda un tanto ensombrecida por el esplendor de su esposa, que tenemos pocos datos sobre él, que no se recogen palabras suyas, que ni siquiera sabemos el tiempo que duró su vida.
Sin embargo:
No sabemos mucho de José, pero sabemos que era buena persona.
No sabemos mucho de José, pero sabemos que era buen carpintero.
Un artesano estimado y querido en Nazaret.
No sabemos mucho de José, pero sabemos que era prudente y humilde.
No sabemos mucho de José, pero sabemos que estaba enamorado de María. Aquí sí que podemos decir que el amor no fue ciego, porque ninguna mujer merecía como ella ser amada.
No sabemos mucho de José, pero sabemos que no era capaz de hacer daño a nadie, y menos a su novia.
No sabemos mucho de José, pero sabemos que fue un padre maravilloso, responsable, trabajador y protector.
Tampoco sabemos cuándo y cómo murió José, pero sabemos que murió en los brazos de María y de Jesús. Todos envidiamos una muerte semejante. No es extraño que sea el Patrono de la buena muerte.
Felicito entrañablemente a las personas que este año 2009 se han responsabilizado de la organización de las fiestas. Colaboraremos con ellas a través de la aportación económica, el trabajo personal e invito a todos los vecinos, niños, jóvenes y personas mayores a participar en sus actos religiosos y profanos
Sebastián García Martín
Párroco
Escrito del párroco para programa de 2008
San José, hombre del silencio
2008
Estimados feligreses:
Los días pasan deprisa y también los meses. Acabado el verano, otra vez llega Septiembre y con él nuestras fiestas patronales. La celebración de las fiestas de los santos son siempre un motivo de gozo y un estímulo. Para nuestra parroquia de San José en concreto son un don que Dios nos concede de tener durante unos días la mirada puesta en aquel que fue el padre nutricio de su Hijo y el esposo de la Virgen María. José puede ser para nosotros un ejemplo.
¡Cuántos años llevarnos algunos de nosotros contemplando la figura de San José!
¡Cuántas cosas nos gustaría saber de San José! Porque nos gustaría saber más cosas de él, pero siempre encontramos que José guarda silencio. Siempre se nos dice que José es el hombre del silencio. Quisiéramos estudiar sus palabras, pero tenernos que leer sus silencios. Quisiéramos descubrir sus razones y criterios, pero José guarda silencio. Siempre se nos contesta: Pero "José tiene mucho que contarnos". Entonces. ¿por qué ese silencio en su vida?
"José era una persona respetuosa y humilde. Guardó silencio para no herir, guardó silencio para no envanecerse, guardó silencio para respetar. guardó silencio para adorar, guardó silencio para amar. Guardó silencio porque le tocó vivir junto al misterio, desde que se topó con María hasta que tuvo en sus brazos y a su lado a Jesús. Guardó silencio porque vivió junto a la palabra.".
¿Qué puede decir quien vive junto ala Palabra? Todo lo que dijera sonaría a hueco. La misión de José fue escuchar y proteger la Palabra. ¿Qué puede hacer quien vive junto a la Palabra sino abrirse del todo, vaciarse del todo, para llenarse del todo? José era como una esponja y se empapaba de Jesús, y también del eco de Jesús, que era María.
Sin embargo el que aprendía de la Palabra enseñó las letras a la Palabra. Enseñó a Jesús a leer y a escribir. No sólo fue el protector del Mesías, sino su educador. Era tarea del padre, más que de la madre. Le enseñó a leer, le enseñó a trabajar, le enseñó también a rezar. Enseña al hijo los salmos, los ritos, las posturas orantes, pero, sobre todo, las actitudes: alabanza y agradecimiento, humildad y respeto, confianza y amor; y cuando reces, hijo, no digas muchas palabras ni te pongas delante de la gente para que te vean, tú repite mucho en tu corazón: Padre y Pastor.
Que estos días nunca falte en todos nosotros la súplica: Enséñanos también a nosotros, querido José, a escuchar y a rezar. Enséñanos a hacer silencio en el corazón. Un silencio atento, meditativo y contemplativo.
Gracias a la Comisión de Fiestas 2008 por los esfuerzos en la elaboración del programa. Correspondamos a su esplendor con nuestra participación tanto en los actos religiosos como profanos.
Sebastián García Martín
Párroco
Escrito del párroco para programa de 2007
El valor del trabajo
2007
Estimados feligreses:
Llega Septiembre y con él las Fiestas Patronales de tradición centenaria en honor de San José en nuestra parroquia. Serán unos días intensos de celebración. Los muchos esfuerzos y trabajos, que durante todo el año ha hecho la Comisión , culminan en unos actos religiosos y profanos.
José destaca por ser «auténtico heredero de la fe de Abraham» y por su grandeza que se desarrolló en la humildad y en lo escondido de la casa de Nazaret.
Este año quisiera que nos fijáramos en la relación de San José con el trabajo. Porque el trabajo ocupa la mayor parte de nuestro tiempo. Trabajo no es exclusivamente la ocupación profesional en sentido estricto. Trabajo es cualquier otra actividad productiva en sentido amplio, que, por lo general, requiere un cierto esfuerzo por parte de quien la realiza.
El esfuerzo: he aquí la dificultad. Dificultad añadida al trabajo como consecuencia del pecado. Ganarás el pan con el sudor de tu frente , advirtió Dios en nuestros Primeros Padres en el Paraíso Terrenal, después de la desobediencia. El trabajo, desde entonces, es en cierto sentido una pena, un castigo a la rebeldía humana. Ahora trabajar cuesta. Cualquier actividad –hasta la más pequeña- que emprende el hombre en beneficio propio le supone esfuerzo.
De modo espontáneo el trabajo no se realiza con gusto y constancia. Es preciso casi siempre un empeño por mantener la decisión del orden, de la puntualidad, del cuidado del detalle... Todo lo que vale es trabajoso, decimos. Se trata, en todo caso, de un esfuerzo, de un sacrificio, de una renuncia incluso –si queremos llamarlo así–, aunque sea llevadera.
Sin embargo, el hombre trabajaba antes de pecar. Como dice el libro del Génesis, tomó, pues, Yahveh Dios al hombre y le dejó en al jardín de Edén, para que lo labrase y cuidase. Sólo después del pecado sintió el hombre la dificultad del esfuerzo. El trabajo de la tierra no sería en adelante una tarea confortable: espinas y abrojos te producirá , aseguró Dios a Adán. Lo cual, en modo alguno privó al trabajo de su grandeza original, por la que el hombre había sido constituido Señor de la naturaleza: llenad la tierra y sometedla , dijo Dios al hombre haciéndolo señor de toda la creación terrena. El trabajo aparece, pues, como un designio y don de Dios a los hombres. Es colaboración con la obra creadora de Dios. Es participación en la maravilla de la creación.
Dios quiso darnos una lección de sencillez y humildad sometiendo a la ley del trabajo a José, a su Hijo y a María Santísima.
José entregó al Hijo de Dios encarnado lo mejor de sí mismo, incluyendo el trabajo que llenaba su vida y sustentaba a la Familia que quiso Dios para nacer, crecer y alcanzar su madurez entre los hombres. Por eso Nuestro Señor que era conocido como artesano: el hijo del artesano . Y nos lo imaginamos durante muchos años, cuando comenzó su vida pública, según nos cuenta san Lucas, en el taller de su padre, José, y más tarde posiblemente al frente del mismo. Jesús pasó la mayor parte de sus días sobre la tierra trabajando, como todos los hombres y mujeres de bien.
Por eso el trabajo es una ocasión de configurar nuestra existencia según el querer divino, de amar a Dios agradecidamente y del más pleno desarrollo personal: aquel querido desde el principio por nuestro Creador.
Aprovechemos las fiestas para pedir por intercesión de San José, que no exigió ningún privilegio, que descubramos el sentido del trabajo de cada día.
Sebastián García Martín
Párroco
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